Del 26 de febrero al 18 de marzo de 2020 tendrá lugar en el deambulatorio del Aula Magna la exposición fotográfica " Momentos Construidos", realizada por Beatriz Molina Carreño, arquitecta y estudiante egresada de nuestra Escuela en el curso 2012/2013 con el que ganó el Premio Extraordinario de Artes Plásticas y Diseño de la Familia Profesional de Comunicación Gráfica y Audiovisual por el proyecto «Momentos Construidos».
Con motivo de esta exposición se inicia la serie EGRESADOS ARQUITECTÓNICOS. Será la primera publicación-catálogo sobre iniciativas creativas y artísticas de egresados de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada que exponen su producción en la propia Escuela. Una iniciativa esta que ha sido valorada especialmente por ALUMNI el programa de nuestra Universidad que ha nacido con el objetivo de que la Universidad de Granada sea el referente de todos sus egresados.
Jeff Wall contempla dos enfoques diferentes en un fotógrafo: el fotógrafo cazador, y el fotógrafo agricultor.
Se puede salir a la calle a atrapar una presa, es decir: un instante decisivo bressionano; o se puede construir una imagen después de haber labrado una serie de pensamientos.
Yo siempre me he sentido más cómoda con la segunda forma de entender la fotografía, por lo que abordo la toma fotográfica desde la calma, la reflexión y el estudio. Busco con ello crear imágenes que brotan poco a poco en mi cámara como una semilla que germina en el campo. La génesis de este proyecto pivota sobre estos versos del poeta estadounidense Mark Strand: « Nada te dirá dónde te encuentras cada momento es un lugar donde nunca has estado » La intención es, pues, construir a través de mi cámara una realidad basada en una fotografía que se vertebra en dos conceptos fundamentales e inseparables: el espacio, que constituirá el acotamiento de la realidad creada, y la luz, encargada de generar el momento irrepetible que dicho lugar experimenta. No obstante, se introduce un tercer elemento fundamental: el tiempo, el cual se presentará como protagonista en un claro paralelismo con la concepción impresionista de la pintura, tan fuertemente ligado al nacimiento de la fotografía y al nacimiento de la fotografía y al estudio de la luz, en el que la más mínima variación de las condiciones luminosas generaba una nueva obra pictórica, un nuevo momento y un nuevo lugar.
De manera paralela, mi formación como arquitecta contribuirá a estructurar la fotografía en torno a la geometría y la línea, y a fundamentar su esencia en el minimalismo, elementos éstos con los que idéntico en mí ese punctum barthesiano que atraviesa mi percepción y que conduce la fusión de dos mundos como son la fotografía y la pintura, cuyas fronteras aspiro a eliminar con el fin de conseguir así crear esta nueva realidad en la que el lienzo sea la arquitectura, y el pincel, la luz.
Para conseguirlo, se busca una fotografía arquitectónica influenciada por lo plástico, una fotografía de arquitectura que tiende a lo abstracto, donde destaca más la idea de lo estético que lo funcional, donde la importancia reside en la composición de las líneas y en la saturación de los colores y no tanto en el edificio en sí. Los principales rasgos estilísticos que definen este trabajo son la luz, el color y la geometría. Se ha apostado por la intensidad en el color, donde el azul del cielo, elemento común, se presenta en diferentes tonos y saturaciones. Las tomas se han realizado durante todos los tramos del día, con la pretensión de hacer una valoración de la calidad de la luz según el momento elegido.